lunes, diciembre 14, 2009

"EL BIGOTE" GUY DE MAUPSSANT

Un hombre sin bigote deja de ser un hombre. No me gusta mucho la barba que casi siempre da un aspecto desaliñado, pero el bigote, ¡ay, el bigote!, se hace imprescindible en una fisonomía viril.

¡Oh! querida Lucía, nunca te dejes besar por un hombre sin bigote; sus besos no tienen ningún sabor, ninguno, ninguno! ya no tiene ese encanto, esa suavidad y esa...pimienta, sí, esa pimienta del auténtico beso. El bigote es su guindilla.


¡Y que variados son esos bigotes! Tanto son solapados, rizados, como coquetos. ¡Estos parecen querer a las mujeres por encima de todo!



Tanto son enormes, caídos, espantosos. Éstos enormes suelen disimular un carácter excelente, una bondad que linda con la debilidad y una dulzura que se confunde con la timidez.
Además, lo que primero me encanta del bigote es que sea francés, muy francés. Procede de nuestros padres los galos y luego perduró como señal de nuestro carácter nacional.

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